La madera del ocote (pinus teocote) con contiene un óleo, resina fluida, de color amarillento pálido y opalescente denominado vulgarmente aguarrás. Si el aguarrás es frotado en la piel provoca una irritación cutánea que puede ser útil en los casos de neuralgias o para calmar los dolores reumáticos, se tiene mayor éxito en el tratamiento de estos dolores si se combina en igual cantidad de partes de aguarrás y alcohol alcanforado.
Ingerido en dosis de cinco a seis gotas con un cubo de azúcar, da en la boca una sensación acre y amarga seguida de salivación, luego se nota sequedad en la boca y garganta y una sensación de calor que se prolonga al estómago favoreciendo los movimientos peristálticos del intestino. Por esta razón es muy útil en los casos de bronquitis catarral, ya que al mimo tiempo que desinflama por la acción antiséptica disminuye los microbios que originan la infección.
El miso efecto se produce si en un recipiente que contenga agua hirviendo, se coloca una cucharada de aguarrás y se aspiran los vapores, de inmediato se nota una mejoría si hay un estado catarral de las mucosas, laríngeas y brónquicas, disminuyendo la tos y la expectoración por la acción balsámica y sedante sobre las terminaciones nerviosas, esta esencia también disminuye la acumulación de los leucocitos sobre la mucosa provocando un agotamiento de las secreciones mucopurulentas.
Se puede indicar que el aguarrás es útil en numerosas inflamaciones bronquiales y pulmonares como la bronquitis, mejora la tuberculosis pulmonar, y desinflama la mucosa uretral en la blenorragia, así como las vías biliares y los cólicos hepáticos. El aguarrás puede emplearse con éxito contra las lombrices intestinales y otros parásitos de la misma especie.
